Análisis del cuento Juan sin miedo
A
todos nos gustaría vivir sin miedo. Cuando no lo tenemos, parece que
estamos más
cerca de la libertad. Pero también este sentimiento tiene su parte
positiva. Por
eso, no conocerlo no es una virtud sino una carencia. Juan, el chico
que no tiene
miedo, debe aprenderlo como una lección más en la vida. Solo cuando
pasa por
una serie de pruebas y acaba conociéndolo, se realiza como persona.
El
miedo nos sirve para sobrevivir, para no ir arriesgándonos
inútilmente en nuestra vida. Tiene una función de supervivencia. La
verdadera valentía se da cuando ya conocemos el miedo y somos
conscientes de los riesgos que corremos. Si no lo sabemos, no somos
valientes sino temerarios. Juan siempre está coqueteando con la
muerte.
Además de querer saberlo por curiosidad, también está el deseo del protagonista de equipararse a los demás. Se siente singular, pero es una singularidad que él no ha elegido. Necesita sentirse igual al resto de la gente. Juan sin miedo se comporta como un tonto. Pero tiene la suficiente sabiduría para saber qué tiene que resolver en su vida. Por su falta de miedo es tomado por un héroe y es capaz de desencantar un castillo. El rey le acaba concediendo la mano de su hija.
Además de querer saberlo por curiosidad, también está el deseo del protagonista de equipararse a los demás. Se siente singular, pero es una singularidad que él no ha elegido. Necesita sentirse igual al resto de la gente. Juan sin miedo se comporta como un tonto. Pero tiene la suficiente sabiduría para saber qué tiene que resolver en su vida. Por su falta de miedo es tomado por un héroe y es capaz de desencantar un castillo. El rey le acaba concediendo la mano de su hija.
Pero
Juan se queja de que aún no consigue entender lo que es el miedo.
Sentir miedo
es humano, no sentirlo no lo es. Su esposa le ayuda. Cuando están
solos en la alcoba y a oscuras, le arroja agua con pececillos que se
retuercen sobre su piel. A partir de ahí conoce el miedo.
Es
muy curioso que no conozca el miedo en las grandes aventuras ni en
contacto con
muertos y fantasmas sino en el lecho nupcial y a través de su mujer.
Allí se encuentra
con aquello que no ha podido sentir en toda su vida, con lo que ha estado
ausente toda su vida. El miedo lo encuentra cuando tiene que
enfrentarse a las emociones sexuales.
Según Bettelheim:
«El
héroe de este cuento no podía estremecerse debido a la represión
de todas sus sensaciones
sexuales, como nos lo demuestra el hecho de que, al recuperar de nuevo
sus temores sexuales, el protagonista puede ya alcanzar la felicidad.
Se
libera de su incapacidad de sentir miedo por la noche con su esposa y
en la cama.
Es muy significativo el lugar y es muy significativa la angustia del protagonista.
Tras una aparente falta de angustia se puede esconder una serie de
temores infantiles e inmaduros».
temores infantiles e inmaduros».
El
mensaje principal del cuento es que no se puede alcanzar la felicidad
conyugal a menos que se hayan experimentado todas las sensaciones que
se habían quedado congeladas.
Patricia Sánchez-Cutillas, El oráculo de los cuentos de hadas
patricia@talleresdeescrituracreativa.es
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